La profundidad del Atlántico es superior a los tres mil metros y encontrar algo en el centro de este océano, sería poco menos que una proeza si tenemos en cuenta el nivel de la arqueología subacuática, las dificultades de la llegada a una profundidad de ese tipo, y el problema financiero. Resulta más interesante investigar las zonas de más fácil acceso para los buzos y que además, cuentan con el factor geológico en el que ya se ha insistido: la actividad volcánica. ¿Hasta qué punto pudo producirse un cataclismo similar al de Santorini en el Atlántico?
Si tenemos en cuenta esta capacidad de destrucción, cabe la posibilidad de que lo hallado en Bimini no sea otra cosa que los restos de un puerto que quizás se encontrase varios kilómetros hacia el Oeste y que fue empujado por un antiguo «mega tsunami» producido en alguna de estas zonas hace milenios. Se sabe que en ciertas ocasiones, podrían llegar a producirse maremotos de varios kilómetros de altitud, lo que sin exagerar, podría haber sepultado una isla de tamaño medio.
Se ha publicado dos
libros al respecto, y se han realizado numerosas investigaciones en la zona,
pero aún no se ha alcanzado un consenso sobre la verdadera antigüedad de dichas
rocas; ni si quiera sobre si se trata de formaciones naturales o artificiales.
La antigüedad atribuida a los restos varía desde el 1500 a.C. hasta unos increíbles 15 mil años, y dicen que la causa de su derrumbe fue un cataclismo comparable incluso al diluvio universal.
La antigüedad atribuida a los restos varía desde el 1500 a.C. hasta unos increíbles 15 mil años, y dicen que la causa de su derrumbe fue un cataclismo comparable incluso al diluvio universal.
Por lo tanto, en el
ranking de las Atlántidas, los restos de Bimini podrían encuadrarse en un
cuarto puesto, de ser parte de una construcción mayor presente en alguna isla
hoy aún por descubrir.
LA ATLÁNTIDA ESPAÑOLA
LA ATLÁNTIDA ESPAÑOLA
Tal y como ya hemos
referido con anterioridad, un gran número de estudiosos coinciden en situar las
famosas Columnas de Hércules en el estrecho de Gibraltar; sin embargo ¿se trata
de una equivalencia geográfica correcta? Dicha denominación por un lado, es una
identificación tardía debida a los fenicios, conocidos entre otras muchas cosas
por rendir culto a Hércules, en sincretismo religioso con su dios Melkart, cuyo
templo, flanqueado por dos grandes columnas, se solía instalar en pequeñas
islas o promontorios cercanos a la colina. Se deduce, por ello, que las
Columnas de Hércules primigenias se hallaban en el Peloponeso, en los islotes
de Pori y Poreti. Recordemos a este respecto que los fenicios también fundaron
una colonia comercial en la actual Cádiz, donde también erigieron un templo
dedicado a Hércules, ubicado en el islote conocido como Sancti Petri. Todo ello
explicaría, por consiguiente, el motivo por el cual se encontrarían también en
el estrecho de Gibraltar las Columnas de Hércules.
Después de estos dos
ejemplos, resulta oportuno destacar las investigaciones llevadas a cabo en la
Marisma de Hinojos, en el Parque Nacional y Natural de Doñana, en Cádiz.
El físico alemán, Rainer Küehne situó los restos de la Atlántida en Doñana.

Las pruebas geológicas
recogidas por los investigadores reflejan, por un lado, que el Parque Nacional
de Doñana se encontraba en la antigüedad cubierto por el agua y que era
esencialmente una gran bahía. Este lugar presenta un largo historial de
maremotos y la ciudad podría haber sido arrastrada hacia el mar. Siguiendo esta
última posibilidad, fueron seleccionadas cinco zonas frente a las costas de
Doñana, en las que, mediante la técnica de barrido lateral, supuestamente, se
pudieron observar estructuras hechas por la mano del hombre. De cualquier
manera, las investigaciones efectuadas en las marismas de Doñana y todas ellas
han sido bien resumidas en el documental emitido por National Geographic,
Finding Atlantis.
LA MÁS PROBABLE: SANTORINI
Otro grupo de investigadores se decanta por una localización mucho más acorde con los datos de las fuentes y que parece coincidir casi en todo con las indicaciones platónicas.
Para ellos, la descripción de Platón
apunta directamente a las misteriosas ruinas de las islas griegas de Creta y
Santorini (Thera), de las cuales, Creta se ha convertido en la superestrella y
solamente Santorini puede competir con ella. En ocasiones se dice que tanto
Creta como Santorini pertenecían al mismo imperio.
Arthur
Evans, fue quien descubrió la cultura minoica tras numerosas investigaciones en
la isla y hay sospechas bien fundadas de que dicha cultura era la cultura
atlante.
Si llevamos a la práctica lo dicho por Cieza de León, la fecha de la destrucción de la isla coincide con el año 1260 a.C. y en esa misma fecha entró en erupción el volcán de Santorini, dejando sumergida la ciudad de Heliké. Parece ser que la cultura cretense desapareció también en torno a esa fecha, variando entre el 1270 y el 1230. De esta época data también el Éxodo, por lo que, en cierto modo este número de coincidencias únicamente le da más veracidad a la teoría de que Creta era el origen de la civilización Atlante. Por otro lado, el siguiente punto que comparte con la Atlántida es precisamente su desaparición a causa de una catástrofe natural. Se produjeron incendios, terremotos y maremotos. Las consecuencias de los mismos se sufrieron incluso en Egipto.
A esta información se le puede añadir la
situación de guerra con la Hélade, que se esconde tras el mito de Teseo y el
Minotauro, y que en realidad se refería al pago de tributo a Creta por parte de
las islas del Egeo. Esto es corroborado por otros mitos, como el de Niso y
Escila. Y parece ser que también colonizaron numerosos territorios durante su
época de apogeo. Esto se puede apreciar en la influencia que tuvieron en la
cultura micénica.
El factor religioso también es digno de
tener en cuenta: por un lado, Poseidón era el dios protector de los cretenses
(aunque no era el único) y el emblema de Creta era el tridente. El toro, por
otro lado era el animal que simbolizaba a Poseidón y es bien conocida la
talasocracia cretense, ya que llegaron a dominar el mar durante 500 años.
El factor político: Creta también era una federación y poseía numerosas colonias. La hegemonía la tuvieron alternativamente Faistos, Knossos y Mallia.

Por su parte, el
archipiélago de Santorin, independiente de las Cícladas, también compite por el
primer puesto en el ranking atlante. Y no es para menos, ya que es una zona con
una gran actividad sísmica (la última erupción tuvo lugar a mediados del s.XX).
Allí se ha descubierto bajo una espesa capa de cenizas y piedra pómez las
ruinas sepultadas de una ciudad, que desapareció a causa de una gran erupción
volcánica.
En dichas ruinas se han
hallado cuerpos humanos y maderas carbonizadas que han sido datadas. Las fechas
oscilan alrededor del año 1400 a.C. con un margen de error de unos cien años.
Por otra serie de pistas geológicas y algunos árboles, también se pudo
constatar el carácter repentino de dicha erupción. Por otra parte, también se
han datado vasijas, piezas de cerámica cuya antigüedad alcanza de 3500 años.
La mayor de las islas, Thera, presenta
una curiosa forma de semicírculo, cuyos brazos de tierra se dirigen hacia otra
isla llamada Therasia. Justo en el centro, hay un islote, que cierra la caldera
volcánica, llamado Mikra Kaimeni. El cráter, de dimensiones épicas, alcanza un
diámetro de casi diez kilómetros. La actividad sísmica de la zona se debe a que
se encuentra influenciada por la placa tectónica de Turquía. Según ciertas
investigaciones, las distintas erupciones y terremotos que provocó este volcán
tuvieron como consecuencia la destrucción de Heliké, ciudad del Peloponeso, la
de la cultura minoica y el derrumbamiento de Knossos, y los daños sufridos en
Egipto (lo que se cuenta en el Éxodo sobre las plagas parece tener una
importante relación con lo ocurrido en el archipiélago mediterráneo) y la
potencia de la erupción alcanzó incluso Israel (se encontraron capas de cenizas
de varios metros de grosor, y se certificó que procedían de Santorin).
Por lo
tanto, Thera incluye dos factores que la relacionan con el mito de la Atlántida:
el factor geológico, ya que fue destruida por un cataclismo de proporciones
épicas que además arrasó otras ciudades y el factor geográfico, puesto que está
situada también en el mediterráneo. Estos dos factores, sin embargo, no son
suficientes para eclipsar lo encontrado en Creta, aunque sí arrojan cierta luz
sobre lo que pudo ocurrir en la Atlántida. En cuanto a lo que respecta al
factor religioso, cabe suponer que al menos presentaran cierta influencia
cretense y por todo lo anterior, Thera puede acceder al podio de las islas
Atlántidas en un bien merecido segundo puesto. Tanto como colonia, como posible
foco de origen.

La existencia de una raza superior en la Atlántida, algo que fue utilizado primero en el mito del Concilio Escarlata, más adelante por la sociedad Thule, y en tiempos modernos por la ideología Nazi, tampoco parece probable.
En cuanto a su
localización, debido a los múltiples intereses que hay en juego y la carencia
tecnológica actual, no se puede decir mucho más de lo que ya se ha comentado.
Existen muchos intereses
involucrados en la búsqueda de la mítica isla, ya que todos los países desean
tener su Atlántida y cuando la política se entromete en las investigaciones es
casi imposible alcanzar un consenso.
La Atlántida es una bomba
mediática que todo el mundo desea poseer.
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