Cuando Cristo prometió la resurrección de los muertos,
pensé que tenía algo diferente en mente.
THE WALKING DEAD
Nadie habría imaginado que los zombis tendrían un nuevo momento de gloria como criaturas de terror, pero la vida da muchas vueltas.
Y la muerte parece que
también.
El éxito rotundo de la
serie The Walking Dead ha
desenterrado una serie de creencias que creíamos perdidas. Quizá la más
sorprendente sea la del Apocalipsis Zombi.
Esto, unido a los
universos distópicos que están tan de moda en literatura y cine, ha dado lugar
a una mezcla explosiva que ha tenido un eco mediático «de muerte».
EL ORIGEN DE LOS ZOMBIES
En occidente siempre fueron famosos los vampiros y los no-muertos. De Egipto rescatamos las momias como seres sobrenaturales, de América del Norte, al Wendigo, espectro que se alimentaba de carne humana…pero los zombis tienen un origen más antiguo y siniestro.
En occidente siempre fueron famosos los vampiros y los no-muertos. De Egipto rescatamos las momias como seres sobrenaturales, de América del Norte, al Wendigo, espectro que se alimentaba de carne humana…pero los zombis tienen un origen más antiguo y siniestro.
La creencia en los
zombis (que a veces supera con creces simples creencias, llegando a convertirse
en hechos comprobados) es típica del Vudú. Una religión de África Occidental
que también fue trasladada a las Américas. El Vudú haitiano sufrió un
sincretismo con otras religiones, entre ellas, aquellas de tipo local, y tomó
algunos elementos de la religión cristiana y la mitología yoruba.

Como se puede observar
el sistema no difiere mucho de los empleados por las antiguas Sibilas, o los
chamanes de cualquier tribu.
Hasta ahí no hay nada
nuevo. Sin embargo, cuando un sacerdote se pasa «al lado oscuro» se convierte
en un bokor o brujo, y se le
atribuyen poderes malignos y sobrenaturales. Más o menos como a los oficiantes
de las sectas satánicas dentro de la religión cristiana. Entre sus habilidades
está la de convertir a las personas en zombis y utilizarlos en su propio
beneficio. A veces también se los entrega a otra persona, previo pago.

También es interesante el uso de los muñecos vudú. En España y en otros lugares, en el siglo XVI y posteriores, era común encontrar a gente acusada de haber realizado «levantamientos de figuras». El procedimiento era relativamente sencillo. Se fabrica una representación física de una persona y se utiliza para canalizar la energía negativa, con el fin de herir o matar al individuo real.
QUÉ ES UN ZOMBI
Dicho esto, pasaré a comentar qué es en realidad un zombi y cómo un bokor puede convertir a una persona en un esclavo sin voluntad.
La etimología de la
palabra es complicada, y hace referencia a un sinfín de términos relacionados:
espíritu, demonio, cuerpo sin alma, retornado, etc.
En realidad, los zombis
no están muertos. Se los considera cadáveres sin alma, porque debido la ingesta
de drogas o pócimas, la mente de la persona queda paralizada o dañada. En la
mayoría de los casos de forma irreversible. El uso de la toxina del pez globo, o
tetrodotoxina, por ejemplo, puede dejar paralizada a una persona hasta el punto
de hacer creer a todo el mundo que ha fallecido. Esto ocurre debido a un
bloqueo neuronal selectivo. Este veneno tiene su antídoto, pero el conocimiento
de las dosis o distintas mezclas permite controlar el estado de letargo del
zombi, impidiendo que despierte del todo.
A veces el
envenenamiento es accidental. Los japoneses, por ejemplo, cocinan a este pez en
un plato llamado Fugu, y si no es bien preparado el comensal puede acabar
muerto. Esta toxina puede penetrar en el organismo de formas muy diversas, por
ingesta, por inhalación, a través de una herida o por inyección.
La muerte puede tardar
en llegar varias horas, tiempo suficiente para que un Bokor pueda despertar parcialmente a la persona y reducirla a la
servidumbre. Esto solo es posible si se ha producido un daño cerebral severo,
pero no incapacitante.
Aunque la jugada no les
haya salido bien en muchas ocasiones, ha debido fructificar más de una vez, ya
que el crimen aparece recogido incluso en el Código Penal de Haití, y está
considerado como asesinato.
LOS QUE DESPIERTAN
No obstante, y contra
todo pronóstico, a veces el individuo despierta. De la misma forma, existen
personas que han logrado sobrevivir sin efectos secundarios a una embolia (solo
el 2 % de la población puede recuperarse sin secuelas) o a congelamientos completos,
como le sucedió a Jean Hilliard. Incluso ha habido algún individuo que ha
sobrevivido a dosis de radiación que podrían haber matado a cinco personas en
el acto. Es extremadamente raro, pero puede ocurrir. La capacidad de
regeneración del cuerpo humano aún sigue sorprendiendo a médicos, científicos y
a la propia Iglesia.
Es por tanto famoso el caso de Felicia Felix-Mentor, una joven que presuntamente falleció en 1907, pero que en 1936 apareció con vida, vagabundeando y con un aspecto lamentable, en la finca de su padre. Su hermano y su marido la reconocieron, y aunque fue llevada al hospital, le diagnosticaron graves daños musculares y cerebrales. Reaccionaba de forma extraña a impulsos externos, y al principio ni si quiera podía hablar o comer. Muy pocos eran capaces de soportar la visión de la mujer, que era terrorífica. Su piel estaba muy maltratada, como si la hubieran quemado.
Este tipo de sucesos no han sido estudiados por la ciencia como es debido, pero no es un secreto para nadie que cosas que se creían imposibles hace unos años, están comenzando a convertirse en posibilidades cada vez más cercanas.

UNA SOCIEDAD ZOMBIFICADA
En cuanto a leyendas sobre muertos vivientes, hay tantas que son inabarcables. Aparecen en textos sagrados, en leyendas clásicas y urbanas, y hasta en documentos oficiales.

¿Tendría razón Rick
Grimes cuando dijo que «Nosotros somos los verdaderos muertos vivientes»?
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