KELPIE
Se trata de un demonio
lacustre de origen céltico o escocés, también llamado Kelby. En AFYDE coincide
con la versión clásica, aunque hay ciertas diferencias. Es una criatura
bastante conocida, pero curiosamente, no es fácil encontrar información nueva sobre
él. Igual que afirma Rowling, puede adoptar formas diferentes, pero ella nos
cuenta que prefieren el aspecto de un caballo o de una serpiente marina, algo
que si bien se parece a las versiones antiguas, no es del todo cierto.
La
documentación disponible sostiene que el Kelpie es un ente maléfico que atrae a
los humanos y los lleva al fondo del río o lago para comérselos, tal y como se
decía de las sirenas o de los ondinos.
Por su condición de metamórfico y esta
afinidad con el mundo acuático, es posible que el origen de esta criatura se
base en un sincretismo entre la cultura griega y la céltica. Los griegos
importaron historias sobre serpientes y dragones, sobre seres capaces de
transformarse en hombres y mujeres atractivos que luego resultaban ser letales.
Y hasta casi el siglo XIX fueron habituales las desapariciones de personas en
los lagos o durante sus viajes. Las reglas básicas de la orientación, los
obligaban a seguir el curso de los ríos y los bosques eran peligrosos para los
turistas. Sus muertes (descuartizamientos, principalmente) se achacaban a estas
criaturas, aunque en realidad era algo típico de salteadores de caminos. Por
otro lado, existe otra criatura parecida al Kelpie, aún más arraigada entre los
supersticiosos habitantes de las regiones rurales del Reino Unido y típico y de
la cultura local, llamado Puka (o Phooka), que guardaba sorprendentes paralelismos
con el famoso Kelpie en su forma de équido. Este otro cambiaformas aficionado a
la forma caballuna, habitaba en los lagos de Connemara. Los locales debieron
asimilarlo al Kelpie tras establecer contactos comerciales con regiones
europeas.
Ejemplos de estos
seres, lo constituyen Nessie, Nahuelito, Ogopogo y Chan, pero los científicos
se sienten más inclinados a pensar que se trata de un ictiosario (antiguo
dinosaurio acuático) y no de un Kelpie. Lo que está claro es que un
descubrimiento así sería alucinante en pleno siglo XXI.
Casi tan alucinante
como que una organización científica consiga de nuevo la financiación necesaria
para poner en marcha las investigaciones pertinentes. Pero ¿quién sabe? Nunca
es tarde para salir de pesca.
LEPRECHAUN
En lo que respecta al
Leprechaun, no existen muchas diferencias entre la versión de Animales
Fantásticos y el folklore tradicional. Ambas coinciden en que son inteligentes,
pueden hablar y tienen tendencia a la artesanía, con distintos grados de
perfeccionismo dependiendo de las fuentes. Son similares a los duendes
zapateros y están asociados al mundo feérico. Su carácter es más dócil que el
de otras criaturas parecidas y habita en Irlanda principalmente, aunque se lo
conoce por diferentes nombres en otras regiones. Ej. Cluricaune o Lurikeen.
Esta segunda denominación, según la documentación procede de la palabra latina Luridus que significa pálido o cetrino.
En ese sentido hace referencia a su aspecto, similar al de un anciano de piel
rugosa y oscura. Miden de 15 a 60 cm (aunque predomina la versión pequeña), y
visten de verde con un gorro de tres picos.
Tal y como dice Rowling, les gusta
vivir en zonas arboladas o casas abandonadas, (en el folklore puntualizan que
viven debajo de setas, como los gnomos) y pueden fabricar un material parecido
al oro que desaparece al cabo de unas horas. Esta habilidad, sin embargo, no es
solo propia del Leprecahun, y en otras mitologías, como la cántabra, es algo
que también hacen las brujas y casi cualquier ser mágico. Los Leprechauns son
conocidos por llamar la atención de los humanos, y se dice que quien atrape uno
podrá pedirle tres deseos (como a los genios).
MANTÍCORA
Esta es una de las
criaturas más interesantes y peligrosas de la mitología. Y se trata de algo
curioso, teniendo en cuenta la poca información de la que disponemos. En AFYDE
se la considera de origen griego, con cabeza de hombre, cuerpo de león y cola
de escorpión. También dice que es carnívora,
canta cuando come, y su picadura es mortal, siendo su piel prácticamente
impenetrable por cualquier arma o hechizo. Guarda cierta relación con la Quimera
o la Esfinge y es igual de esquiva. Según las fuentes, no obstante, su origen
no era griego, sino persa. En la ciudad de Persépolis se podían admirar varias
estatuas de mantícoras, seres que por aquel entonces eran considerados símbolo
de valor o sabiduría.
Su nombre en griego procede de una palabra que hace
referencia a las capacidades proféticas o a la adivinación. Su aspecto también era ligeramente distinto
al que conocemos actualmente. Según los persas también tenía alas, pies de
caballo, cuernos, y adornaba su cabeza barbuda con una tiara. Su cuerpo era de
color rojo y la cola era bastante parecida a la de un león, pero la punta
estaba cubierta de púas venenosas. Cuando la mantícora deseaba dejar
incapacitada a una presa, le disparaba los aguijones y esta quedaba paralizada
o moría en el acto.
QUIMERA
Si existe un ser
diabólico en las historias clásicas, ese es la Quimera. En Animales fantásticos
resume a la perfección su carácter sanguinario y su aspecto híbrido. Sin
embargo, se quedan cortos a la hora de explicar su origen y su importancia en
la literatura en general. De la mano de Hesíodo nos llega una de las versiones
más antiguas de esta criatura, y su imagen difiere en gran medida de la actual,
siendo aún más terrorífica en el mundo antiguo. Como siempre, la imagen popular
va transformándose de unas regiones y tiempos a otros, al igual que ocurre con
la mayoría de seres míticos.
Hija de Equidna y
Tifón, expulsaba fuego por la boca y la nariz y tenías tres cabezas, una de
león, otra de cabra y otra de serpiente. Según Homero, en cambio, solo tenía
cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. Era una criatura veloz,
imposible de domesticar y de gran tamaño. Se dice que fue el rey de Caria quien
la crió y que sufrió las consecuencias de sus actos más adelante. Tras asolar
también la región de Licia, y dejar un rastro de muerte y destrucción a su
paso, solo una persona tuvo valor para enfrentarse a la Quimera: Belerofonte,
que montó a pegaso y pudo acercarse lo suficiente a la criatura para clavarle
una lanza de plomo. Puesto que la sangre de la Quimera está también hecha de
fuego, el plomo se derritió y esta murió intoxicada. En Animales fantásticos presentan a
Belerofonte como un mago y la cría de quimeras está prohibida por ley.
Si abandonamos el
terreno mitológico, sin embargo, parece ser que la Quimera es solo una personificación
de un volcán de Licia. Su padre, Tifón, también está asociado a un volcán.
(Véase entrada Licántropos: La pesadilla nocturna)
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