
En Egipto llamaban a las
bibliotecas «el tesoro de los remedios del alma». En efecto, curábase en ellas
de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las
demás.
Jacqes
Benigne Bossuet
Las momias en el cine.
Tras
el estreno en la gran pantalla de la última entrega de La Momia, me siento en la obligación de escribir una entrada
informativa al respecto. No es ningún secreto que las momias, al igual que los
zombis, han alcanzado una fama nada desdeñable entre el gran público. En el
cine de terror ocupan el podio junto a vampiros, muertos vivientes, hombres
lobo, demonios y fantasmas. Pero la realidad sobre las momias y las presuntas
maldiciones que protegen sus tumbas es, si cabe, aún más interesante de lo que
las películas dan a entender. No hace falta caer en el sensacionalismo para
comprender la importancia que han tenido las prácticas de enterramiento de la antigüedad
en nuestra forma de ver el mundo. El deseo de sobrevivir a la muerte es una
obsesión constante para los seres humanos. Y si esa obsesión no podía ser
satisfecha en nuestro mundo, debía por fuerza ser satisfecha en otro. El Más
Allá, El Otro Mundo, el Cielo, el Paraíso, el Valhala…son los lugares escogidos
como destinos para el transcurso de unas esperadas vacaciones eternas.